jueves, 29 de enero de 2009

La peña está muy mal - El legítimo dueño de la Luna

Hasta ahora sabía de la posibilidad de poner tu nombre a estrellas o astros que se descubren, y cosas así. Pero, ¿es posible que alguien sea el dueño de la Luna? En este mundo gobernado por el consumismo y la propiedad privada, ¿no hay nadie, o ningún organismo que se haya planteado reclamar como suya la Luna, tal y como pretenden hacer con la Antártida y el Ártico? ¿Es de los estadounidenses, que llegaron primero y clavaron en ella las barras y las estrellas?

Pues lo cierto es que el único dueño legítimo de la Luna ha sido Jenaro Gajardo Vera, un abogado, pintor y poeta chileno. Y aunque no lo parezca, la cosa es mucho más seria de lo que parece.

Fue en el año 1954. El señor Gajardo Vera pretendía que se le aceptase como miembro de un selecto club de aristócratas. Pero le rechazaron por no poseer ningún bien raíz. El pobre quedó algo decepcionado, pensando por qué tenían que importar tanto las cosas materiales, paseando bajo la Luna. Entonces tuvo la ingeniosa idea de registrar al satélite como suyo.

Al día siguiente se presentó en una notaría para dejar constancia de que era el dueño de la Luna, declarando que la poseía desde antes de 1857, ateniéndose a una ley usada en Chile antiguamente para sanear territorios sin título de dominio. El notario leyó con incredulidad la petición:

Jenaro Gajardo Vera, abogado, es dueño, desde antes del año 1857, uniendo su posesión a la de sus antecesores, del astro, satélite único de la Tierra, de un diámetro de 3.475.00 kilómetros, denominada Luna, y cuyos deslindes por ser esferoidal son: Norte, Sur, Oriente y Poniente, espacio sideral. Fija su domicilio en calle 1 oriente 1270 y su estado civil es soltero.

Jenaro Gajardo Vera

Carné 1.487.45-K Ñuñoa
Talca, 25 de Septiembre de 1954.

Continúa.
El notario no tuvo más remedio que aceptar la petición como legalmente aceptada, ya que se ajustaba a la ley vigente. Con su nuevo título volvió al club que anteriormente le había rechazado, donde no tuvieron más remedio que aceptarlo, admitiendo que les había dado una lección.

El caso se publicó rápidamente en diarios de Chile, y también a nivel internacional. Todo el mundo le tomaba por un loco, pero con ayuda del abogado Enrique Monti Forno consiguió extender la legalidad de su título bajo la legislación de los Estados Unidos, ante el previsto viaje a la Luna de una tripulación estadounidense en 1969.

Estados Unidos creyó encontrar la solución al "imprevisto contratiempo" que se le planteaba, y es que la ONU sólo reconocía la propiedad privada hasta una altura de 80 kilómetros. Pero dicha reglamentación databa de 1967, y Jenaro Gajardo había inscrito la Luna en 1954, por lo que no se podía aplicar esa regulación.

Finalmente, el Presidente de los Estados Unidos Richard Nixon, antes del alunizaje del Apolo XI, hizo llegar a Jenaro Gajardo la siguiente nota a través de la embajada estadounidense en Chile:

Solicito en nombre del pueblo de los Estados Unidos autorización para el descenso de los astronautas Aldrin, Collins y Armstrong en el satélite lunar que le pertenece.

Ante esta nota, Jenaro Gajardo respondió:

En nombre de Jefferson, de Washington y del gran poeta Walt Withman, autorizo el descenso de Aldrin, Collins y Armstrong en el satélite lunar que me pertenece, y lo que más me interesa no es sólo un feliz descenso de los astronautas, de esos valientes, sino también un feliz regreso a su patria. Gracias, señor Presidente.

Incluso en una ocasión, el departamento chileno de Impuestos Internos pretendió cobrar los impuestos pertinentes al territorio de Jenaro Gajardo. Éste les respondió que reconocía la deuda, pero que antes debían visitar y tasar su propiedad, en conforme cumplimiento con la ley vigente.

¿Entonces, sentando jurisprudencia, hay alguien que se haya adueñado de Marte? El entonces Ministro de la Corte Suprema de Chile, Rubén Galecio Gómez, le dijo que si él era dueño de la Luna, él mismo se haría dueño de Marte. Pero Gajardo le contestó que no podía, ya que el Decreto Civil se limitaba a los territorios pertenecientes a la Tierra.

Jenaro Gajardo murió en 1998, y en su testamento se acordó de su especial posesión:

Dejo a mi pueblo la luna, llena de amor por sus penas.

Información obtenida de El aMaule, y Wikipedia. Crédito de la imagen de Luc Viatour, licencia CC-BY_SA 1.0, 2.0 y 2.5

3 comentarios:

Dyc dijo...

V a y a T e l a

x D D D D

Serrador dijo...

Entonces, ¿La Luna no es de Valencia? xD

Peter Parker dijo...

Y no había un gallego en la Luna?

http://es.youtube.com/watch?v=lWAU3iDIwsw